IRÁN. ISFAHAN.
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También llamada «la otra mitad del mundo». Isfahan es una de esas ciudades, que una vez visitadas pasan a formar parte de tu geografía y te cambian un poco la vida.
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Autor: toni marqués
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Alguien dijo una vez que Esfahan era la ciudad más bonita del mundo y si no me atrevo a confirmarlo es porque no he visitado todas las demás.
Esfahan tiene río, el Zalandeh y puentes que lo cruzan y eso deja orillas ajardinadas por las que pasearse y ver como el sol las va tiñendo de diversos colores. Los Indús mantienen que el río purifica y si es verdad que Isfahan no necesita la purificación física, mirando correr el agua a uno se le aclara la mente.
Luego llegó el hombre y levantó la plaza del imán o de Naqsh-e Yahán y sus mezquitas y el bazar y puso ahí a los vendedores de alfombras, berenjenas y escobas de palma y en contra de lo que pudiera parecer, mejoró lo que había hecho la naturaleza.
Está ahí, siempre ha estado y sin embargo nos hemos dejado desorientar por habladurías y no hemos querido verlo. No me extrañaría que algunos pretendan mantenerla oculta. Hoy hay 16 sitios patrimonio de la humanidad en Isfahan
COSAS VER EN ISFAHAN
1.-Plaza Naqsh-e Yahán o Plaza del Imán.
Fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1979 y es una de las más impresionantes del mundo por las joyas de la arquitectura islámica que reúne. En ella está la mezquita del Imán, la de Sheikh Lotfollah y el palacio de Ali Qapu. No solo es la plaza más grande del país, sino también una de las más grandes del mundo. Tiene 83.456 metros cuadrados, lo que equivalea unos 20 campos de futbol.
Mezquita de Masjed-e Shah o del Imam Jomeini.
Se situa en el lado sur de la plaza y es la obra maestra de la arquitectura persa y fue construida por Shah Abbas I entre 1612 y 1630 durante la dinastía safávida.
El portal y la Mezquita tienen orientaciones diferentes. El primero está orientado mirando a la plaza Naqsh-e Yahán, oponiéndose a la puerta su que es la que da al bazar. Sin embargo la Mezquita está ladeada hacia el sureste con la finalidad de orientarse hacia la Meca. Por tanto la función de la puerta no es otra que ornamental. Cuando uno está frente a esa majestuosa entrada, no falta un local que amblemente le invite a darse cuenta que, aunque lo parezca, ambos lados del portal ricament decorado, a pesar de ser simétricos, no son iguales. Esto es así para recordar que solo Allah es perfecto y por tanto ni siquiera ese maravillosa entrada a la mezquita puede hacerle sombra.
Mezquita Sheikh Lotfollah
Más pequeña que la anterior, es, a mi gusto, mucho más bonita precisament por su reducido tamaño, sus mosaicos y su geometría perfecta. Construida entre 1602 y 1619 llama la atención que no tiene minarete ni patio de entrada. Eso se debe a que su uso era exclusivo de la familia real y por tanto no necesitaba espacio para mucha gente ni era necesario llamar a los fieles a la oración.
La puerta de entrada está perfectamente integrada en el lado este dela plaza Naqsh-e Yahán, en el lado opuesto al palacio Ali Qapu.
Una vez dentro y al igual que ocurre con la del imán, un corerdor comunica la entrada con la Mezquita orientándola hacia la Meca y quedando esta oblicua a la plaza. La decoración de su interior en colores azul fuerte con motivos florales e inscripciones es impresionantes y conviene verla varias veces a diferentes horas puesto que la luz que entra por diferentes ventanas va cambiando las tonalidades y las formas.
Un buen observador se dará cuenta de que la cúpula interior es más baja que la exterior lo que denota una doble cúpula. Precisamente es la decoración externa de esta, una de las más impresionantes y ricamente trabajadas que vermos en Irán.
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Con un predominio de los amarillos sobre los azules y motivos lorarles la cúpula llama la atención desde cualqueir punto de la plaza y también asoma sobre los callejones del bazar exterior a la plaza.
Palacio Ali Qapu
Significa la Puerta de Ali y tenía la finalidad de hacer de puerta de entrada o residencia del Shah Abbas I. Se trata de una construcción laica en la que destacan las columnas de madera que sostienen la terraza. Tiene cinco pisos y mira frente a frente a la Mezquita Sheikh Lotfollah que está al otro lado de la plaza.
Aunque ha sido restaurado varias veces, ha sufrido grandes despefectos desde que fue levantado en el S. XVII y es difícil adivinar su distribución original. Tiene cinco plantas y una sala de música en la parte superior.
Bazar
El cuarto lado de la plaza Plaza Naqsh-e Yahán se cierra con la puerta al bazar. Un mundo entero por explorar en el que lo mejor que puede hacerse es dejarse llevar por los pies hasta que las calles se ensanches y se vuelvan menos densas. Entonces es el momento de volver atrás y sumergirse de nuevo en el submundo del bazar.
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Mezquita Jameh
Cada parte es de un época lo que te permite viajar por la historia del islam sin moverte del mismo sitio. Las cúpulas de ladrillo visto de la más antigua parecen de cuerda trenzada.
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Pasear por la orilla del río Zayandeh viendo sus puentes.
El río Zayandeh, que cruza Esfahan es el respiro perfecto para una mente abotarrada tras horas de ver monumentos. Dedicar una parte a caminar junto a su riverta viendo sus puentes es una inversión no solo para turistas; Muchos ciudadanos se dirigen ahí por la tarde para tomar un té o para sentarse en un banco para ver bajar el agua. Es la otra cara de la moneda de una de las ciudades más monumentales del país ( o la que más)
Los minaretes que se mueven de Manar Jomban (Shaking minarets).
Están a tan solo 6 km al oeste de Isfahan y se trata de uno de esos fenómenos de la arquitectuara de defícil explicación. Hay dos minaretes en un edificio; si alguien se mete dentro y sacude las paredes, este empieza a tambalearse gracias a que los materiales de que están hechos son elásticos. El otro minarete, por las vibraciones también se mueve. Unos dicen que es por un defecto de la arena con la que hicieron los ladrillos y otros que se hizo a propósito para protegerlos de los terremotos. Lo cierto es que el viajero encuentra otros shaking minarets en otros sitios del país. Los de Manar Jomban tienen campanillas en la parte más alta de modo que se puede comprobar fácilmente la magnitud del movimiento.
Ateshkadeh-Ye.
Este templo del fuego está sobre una colina, un poco más al oeste de los minaretes de manar Jomban. Queda poco de él, las paredes circulares con las ventanas anque es una bonita excursión que te permite ver el paisaje árido que rodea la ciudad. Los tempolos de fuego pertencen a la religión de Zoroastrismo, religión que precisamente tiene su punto de referéncia en Iran.
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